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19 de octubre de 2013

Educación sexual en los colegios.






Nuestros alumnos de 6°año  A y B han participado ágilmente de la charla sobre sexualidad a cargo del Ps. Germán Debeljun  y  la tutoría de la docente Marisú quien aborda las Ciencias  Naturales en el Colegio.

A partir de la creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral Ley 26.150, la escuela debe incorporar contenidos curriculares específicos en este terreno, pero también puede construir espacios de diálogo con los alumnos respecto a su sexualidad. Espacios que evidencien que los adultos tampoco tenemos todas las respuestas a las dudas y necesidades de los jóvenes, pero donde sea posible expresar la confianza y el compromiso de buscar juntos -adultos y adolescentes- las respuestas buscadas.


Estos espacios permitirán establecer vínculos suficientemente valiosos para que el propio acto de escuchar a los adolescentes sea, en sí mismo, un acto de cuidado. Entendida desde una perspectiva amplia, la educación en sexualidad responde entonces a la necesidad de cuidado del otro -de los alumnos y alumnas- que hace parte de toda práctica pedagógica.
Es indudable que las familias y, en especial, los padres y madres, tienen también un papel muy relevante y una responsabilidad innegable en la formación de sus hijos e hijas, también en aspectos relativos a su sexualidad. Explícita o implícitamente, en el marco de las familias, los niños aprenden una serie de normas, valores, criterios y comportamientos relacionados con su sexualidad y con su posición como varones o mujeres dentro de la sociedad.


Propósitos formativos en el Nivel Primario
·         Promover oportunidades de aprendizaje basadas en información rigurosa y relevante que favorezca el desarrollo de actitudes saludables y responsables hacia la vida, hacia uno mismo y hacia los otros.
·         Promover el conocimiento y la comprensión de distintos aspectos del proceso de construcción de la identidad y la relación con los otros en el marco de los derechos humanos.
·         Abordar el tema de la sexualidad de modo sistemático desde una perspectiva multidimensional, multidisciplinaria y respetuosa del contexto cultural.
·         Promover la adquisición de hábitos positivos vinculados al cuidado de la salud personal y de los otros.
·         Ofrecer a los alumnos un marco de comprensión y respeto en el que puedan expresar dudas, sentimientos, opiniones y solicitar ayuda.
·         Promover el conocimiento de los marcos normativos que garantizan los derechos humanos, de los niños, niñas y adolescentes.
·         Propiciar espacios de apropiación de la información que se entrelace con saberes previos, emociones, ideas, y necesidades del aquí y ahora de los alumnos, de modo de contribuir al ejercicio de una sexualidad plena y responsable.

La actividad educativa es una forma de conversación, entendida ésta como una intersección entre lenguaje y emociones. "Las palabras que elijo para decir algo, las estructuras lingüísticas que construyo al hablar, son capaces de modificar o producir emociones en las personas que participan de la acción comunicativa, generando sentimientos y estados de ánimo. Ahora bien, son las emociones las que mueven a los seres humanos a la acción: el actuar de un modo u otro surge de los sentimientos; del afecto, de la alegría, del deseo, del miedo, de la vergüenza o de la culpa. Por tanto cuando diseñamos los espacios educativos podemos pensar que estamos diseñando una conversación, a partir de la cual deberán surgir sentimientos que muevan a la acción: a la utilización de los conocimientos adquiridos en el ejercicio de una práctica con relación a las situaciones que la vida nos imponga".
·         Tolerancia y el respeto:
Trabajar sobre este valor ayuda a aceptar las diferencias en el acontecer de la vida cotidiana. Permite aceptar que existe otro que tiene características físicas distintas de las mías; que vive, piensa, siente y es distinto de mí. Permite revalorizar la inclusión por sobre la exclusión, permite reconocer que existen distintas elecciones y que las mismas forman parte del derecho de las personas.
La escuela puede aportar al ejercicio de la tolerancia. Es un contenido que atraviesa la cotidianidad de las prácticas escolares y de la convivencia que allí transcurre.
El aprendizaje de convivir con las diferencias, de no discriminar y aceptar al otro forma parte de los valores de la democracia.
En el plano de la sexualidad y en el marco de los derechos humanos, recuperar la tolerancia significa recuperar la idea de que cada persona tiene el derecho a elegir, vivir y sentir la sexualidad de acuerdo con sus convicciones y preferencias.
·         El fortalecimiento del auto estima y la auto valoración:
Un aspecto a promover desde la educación es que los niños aprendan a valorarse, en tanto ello los ayuda a sentirse mejor consigo mismos, con su cuerpo, con la persona que cada uno es. Permite adquirir confianza y sentir que "se puede": se puede aprender, sentir, crecer, tomar decisiones en forma autónoma, decir "no" a aquello que dañe y / o ponga en riesgo la propia integridad.
·         El desarrollo de la autonomía vinculado a la toma de decisiones:
Es uno de los ejes más importantes para el trabajo vinculado a la educación sexual. Implica poder trabajar sobre la capacidad que tienen las personas de decidir en forma autónoma. Esa autonomía forma parte de un proceso a construir social e individualmente. Decidir por uno mismo es producto de múltiples aprendizajes. A veces, el pensar y actuar de modo diferente de la mayoría trae consecuencias: exclusión, soledad, incomprensión. En el difícil proceso de construcción de la autonomía se ponen en juego la autoestima y la valoración de sí mismos, los sentimientos y la presencia o la ausencia de la información necesaria para tomar una decisión.
Trabajar sobre el desarrollo de la propia autonomía para la toma de decisiones, permite poder reflexionar sobre las distintas presiones –sociales, culturales, de los medios de comunicación, de los propios pares– que se ponen en juego en el momento de decidir cuestiones importantes para la vida y para la salud.
Llevado al plano de la sexualidad, la decisión de tener o no una relación sexual protegida o simplemente de tenerla o no, puede estar en ocasiones atravesada por presiones de diferente índole: de los propios pares (amigos, compañeros de la escuela), familiares (hermanos, primos), de los medios de comunicación, etc. En ese marco, la importancia de trabajar para que los chicos y las chicas puedan desarrollar la capacidad de decidir autónomamente se constituye en una acción primordial de la familia y la escuela.
·         El trabajo reflexivo sobre el género:
En las diferentes culturas, sociedades y grupos sociales, las tareas y responsabilidades asignadas a mujeres y hombres han hecho que en el plano de la sexualidad tanto unas como otros se vieran expuestos a los "mandatos que la sociedad les impone".
Esos mandatos se relacionan "con lo aceptado y lo no aceptado", con lo que le corresponde o no hacer a hombres y mujeres según las valores de esa cultura, sociedad o tiempo histórico. Esto ha traído como consecuencia la consolidación de relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres, y ha producido también efectos no deseados en el marco del cuidado del propio cuerpo.
La posibilidad de tener relaciones sexuales más o menos protegidas constituye un ejemplo de esto.
Incluir la perspectiva de género como parte de la propuesta de trabajo en educación sexual, implica poder reducir los grados de vulnerabilidad por sometimiento a patrones culturales que no respetan la igualdad de trato y de oportunidades para varones y mujeres.
La posibilidad de generar modificaciones en los patrones socioculturales estereotipados y de eliminar prácticas basadas en el prejuicio de superioridad de cualquiera de los géneros[9]constituyen por cierto, premisas necesarias para trabajar en la prevención, en el cuidado de nuestro cuerpo y en el de prácticas sexuales protegidas.
En el Nivel Primario se ofrecerán oportunidades e información acerca del derecho que tienen tanto hombres como mujeres de acceder y / o compartir:
·         Los mismos trabajos, tareas y desempeños que plantea la vida cotidiana.
·         Los mismos cuidados hacia sus cuerpos, sin que ello ponga en evidencia prejuicios y juicios que los condenen y los enfrenten a situaciones de vulnerabilidad.
·         Los mismos sentimientos, para poder demostrarlos en el mismo plano de igualdad, sin que ello lleve inscripto un juicio de valor. No hay fronteras ni categorizaciones para la expresión de los sentimientos y emociones que involucran a los distintos sexos.
En la escuela primaria abordar las cuestiones que se vienen describiendo implica que estos aprendizajes se constituyan en un facilitador del cuidado de la salud y del conocimiento sobre la sexualidad.
Distintas experiencias de trabajo con adolescentes han permitido constatar que existen algunas cuestiones que funcionan a modo de obstáculo en la toma de decisiones sobre sexualidad. Algunas de ellas son:
·         La presión del grupo de pares.
·         Lo que se espera de los varones y las mujeres.
·         La dificultad para hablar sobre estos temas: la vergüenza para preguntar, para expresar lo que uno siente.
·         La información errónea o escasa.
·         La dificultad para incluir el cuidado de uno mismo y del otro en distintas prácticas.
Generar un clima de confianza, alentar la autonomía, enfocar sin estereotipos las diferencias, resultan aspectos fundamentales cuando se trabaja en educación sexual. Al abordarlos en el Nivel Primario se favorecerá el ejercicio responsable de la sexualidad en el futuro.


Información, desarrollo de actitudes, valores y destrezas para la vida y el cuidado de la salud, forman parte de una concepción integral de la sexualidad que la escuela deberá dar, en tanto ella, desde su propia función, contribuye y acompaña al sujeto en el proceso de aprender, conocer, sentir, crecer y reconocerse en su humanidad.

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