Juanito Laguna

SECUNDARIA -   Profesora Mirella Tagliabúe

Corría el siglo XVI en España cuando el pequeño Lázaro aprendía el difícil oficio de vivir con las torpes enseñanzas  de un ciego.  Conoció el hambre, el miedo y la soledad, supo del frío de la noche, de la indiferencia y el abandono; sin embargo, logró sobrevivir, crecer, conseguir un trabajo y formar una familia.

Pasaron los días, los años, los siglos y los niños de la calle tuvieron que seguir aguzando su picardía para sobrevivir.

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A mediados del siglo XX es Juanito Laguna, la figura inmortal de las obras de Antonio Berni, un niño pequeño y desamparado que revivimos hoy en estos COLLAGES que imitan la obra del renombrado artista. Y Juanito Laguna vuelve a mostrarnos su mirada triste entre latas y botones, entre papeles y cartones, entre nuestra reflexión y  nuestro amor, entre colores y creatividad, entre entusiasmo y tristeza.

Lázaro sigue hoy aquí con nosotros y renace todos los días frente a la indiferencia del mundo. Hoy es Juan Nadie en las palabras de Juan Burghi:

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Y al adquirir la experiencia

Que da la vida salvaje,

Vio que tan sólo el coraje

Mantiene la independencia

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O es Juan de la Calle en la voz de los Nocheros:   

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Mi barquito de ilusión

rema contra la corriente

y con el hilo del alma

busca el sol mi barrilete

Mi barquito de ilusión

rema contra la corriente

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Y es dolor en nuestros corazones, que se renueva en cada poema, en cada frase, en cada imagen.

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Y es que a Juanito

Ya le han robado

Mil veces el sol

Y mil veces la cuna

Y ni un vigilante

Se ha puesto a buscar

Al ladrón de luces

Que le roba a Juan

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Nacido en un malvón,

Le hicieron el pañal con media hoja de “Clarín”

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Corazones de trapo sueñan la cola,

Palomita torcaza su cara sola,

si Juanito Laguna sube y se queda

es, tal vez, porque puede,

puede que pueda.  Hamlet Lima Quintana- René Cosentino

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Guardas el corazón en una lata,

Los gusanos de frutas viejas te ponen alas,

Sobrevolás las basuras. Keiko

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Arrorró mi sol, todos los niños

Traen bajo el brazo un sueño de pan,

Mundo prometido a su candor,

Que su candor de niño y Juan no entenderá.

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¿Conseguirá nuestro Juan crecer y convertirse en un hombre de bien como el singular pícaro del Renacimiento? ¿Podrá nuestro Juan vencer los obstáculos de las calles de las grandes ciudades y los peligros de las villas de emergencia? ¿Habrá un día cuando algún artista, las páginas de los periódicos o las pantallas iluminadas de nuestra computadora puedan plasmar el rostro feliz de Juan Amor?