PRIMARIA
Todas las Obras Maristas celebran la Asunción de la Virgen
María, que recuerda su partida en cuerpo y alma. En nuestro Sector seguimos el
ejemplo de San Marcelino, que acudió María como el niño que busca a su madre.
En 1816, Marcelino Champagnat y otros compañeros sacerdotes,
se dirigieron a la Basílica de Fourvière para realizar una promesa: “Nos
comprometemos irrevocablemente a consagrar nuestras personas y cuanto tenemos,
en cuanto nos sea posible, a la Sociedad de la bienaventurada Virgen María”.
Este hecho representa la importancia de la Virgen en el Instituto Marista y que
en esta celebración adquiere un carácter especial por el Año Fourvière.
“Como María, tienda humilde del Verbo, podemos convertirnos
en personas de esperanza, abiertas a la novedad del Espíritu, que acecha
escondido en los pliegues de nuestra historia”, comentó el Superior General
Marista, Hno. Emili Turú.
Nuestro Sector, al igual que todos los Maristas, estamos
convencidos de que María nos abre un futuro lleno de esperanza para iniciar ‘Un
Nuevo Comienzo’ en la Misión Marista.
“El Carisma Marista nace de la confianza ilimitada que el
padre Champagnat tenía en María”, explica Ernesto Reyes, Representante del
Provincial para la Misión.
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